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16 Agosto 2007:

Este relato ha sido creado por La Virgencilla, con nostalgia en los ojos por los recuerdos plasmados sobre el papel con letra temblorosa.

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La Virgencilla es una emigrante del pueblo, hija del mismo, por cuestiones de falta de campo de donde sacar el fruto necesario para el mantenimiento familiar.

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A nadie le quepa duda,
la vendimia le resulta
a mi memoria de ayuda;
aun a pesar de la multa
en esfuerzos que supuso,
durante cada jornada,
un trabajo tan al uso
sobre la tierra sobada.

Aqui mis recuerdos plasmo
con nostalgia juvenil,
con el mayor entusiasmo;
aunque tenga, de años, mil.

Una vez sobre la cepa,
cuyos brazos son costillas
de una enorme chepa
reprieta de bobadillas,
comenzaba el baile de tijera
lanzando precisos cortes
a racimos de solera,
para el sur y para el norte,
alrededor de la parra;
al alza todos sus brazos
o puestos en buena jarra;
a luz dando sus regazos
por el corte umbilical
de la hebra que sujeta
al sarmiento patriarcal,
con la muelle tijereta;
hasta la más nimia,
de tamaño lenteja.

En la vendimia,
elegida pareja,
tenemos que bailar,
o sería un desbarajuste,
con todas las del lugar,
nos guste o no nos guste.

Alrededor de cada 'dama'
con pechos de mosto,
que la pámpana proclama
ser su sostén angosto,
con nuestra impúdica tijera
los soltamos en el capazo,
al cual sirven de gotera,
cortando de su madre el lazo.

Dando vueltas de badajo,
ya que no de campana,
se rebusca entre el sombrajo
racimos, gajos y grana.

De sus senos al viento,
mosto que amamanta,
enorgullece el sarmiento;
cuya falta horas llora
al volverse marimacho
desde atractiva señora,
al privarlo del 'picacho'.

La espuerta llenando vamos;
y, entre tanta candidata
exuberante de granos,
pronto rebosa la cata,
en los cuévanos metida;
yendo de cabeza al carro,
sobre la lona extendida,
ensangrada por desgarro,
de la cepa a su destino;
mosto que vierte la uva.

¿¡Pues no andábamos camino,
las voces como de tuba,
calzados con las albarcas
que fabricaba el 'Rechuta',
por lo seco y por las charcas,
hasta sentirnos recluta!?

Del carro a la bodega,
para medir grado y peso;
por kilo, no por fanega,
y formalizar su ingreso.

Del carro tiraba la mula,
con mi padre ramal en mano;
¡una estampa de lo más chula
en aquel tiempo tan lejano!

Yo, pañuelo en la cabeza,
racimos palpaba en las ramas
con gran placer y destreza,
al ser de la cepa las mamas.

En tierra del Retamal,
en La Balsilla La Casta,
casi todas de bobal
y alguna para canasta;
de Albilla y Moravia,
para comer en casa;
otras de buena savia,
a colgar para pasas,
como las de Rojal,
en franca minoría.

Como ir al Altar
o a templo de abadía
era el camino Ledaña,
majuelo de mis ancestros,
de uvas de buena calaña
para buenos padrenuestros.

Una gancha 'p\'al' gaznate,
si me como no te extrañes,
'n\'el' camino Cenizate;
y en el de Casas-Ibáñez,
últimas escalas del vuelo
de nuestra turística ruta
'pa' cortar uvas del majuelo,
'qu\'es', de comer y beber, fruta
de la mejor que se conoce.

Del vino es nodriza de pecho,
al que amamanta con el roce,
prensada en el suelo del lecho,
librada de pepitas y hollejo,
fermentada en roble barrica
(de la que nace el hijo añejo,
muy apreciado en la 'botica')
o en depósito en metálico,
en años a plazo fijo;
para inflar bien el 'neumático'
y el porrón como el botijo.

De vino una arroba
comprábamos en mi casa,
a servir en la redoma
y cogerla por el asa.

Para el campo una botella
con que engullir la longaniza;
todo lo cual hacía mella
de la garrafa en su baliza.

Durante las comidas,
en mi casa se empinaba el codo
con las marcas medidas
en la redoma sabelotodo.

En una ocasión, tan sólo,
tuvimos de borrachera un caso:

Siendo un chiquillo pipiolo
se entreabrió la llave de paso
a mi cuñado Paulino...

Para evitar que llorara,
varios vasitos de vino
permití se encasquetara;
y se puso perdido de malo,
vomitando en plena cama;
dolor de cabeza como a palo
y mareo de melodrama.

Ahora el vino ya no cato,
debido a mi tensión alta;
y echo de menos un chato
que supla mi erótica falta.

Aunque sólo fuera un culillo
del tamaño del dedal
el que limpiara el polvillo,
¡yo lo sabría apreciar!

Mi hijo compra de 'teta brick'
y yo le traigo de corcho
'pa' ver si alguna niña chic
se le tumba 'p\'al' descorcho...


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© La Virgencilla, 16 Agosto 2007