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EME EME.MUJERES MALTRATADAS

 

 


Eme Eme
Y era mujer, y por boda señora,

Y hasta por primer pellizco dado,

Pensar quería me amase a toda hora.


Sus ojos negros, como pícaro heredado,

Semblante fuerte, que por noble guardase,

Mi persona, niña grande por lo acordado.


La plaza del pueblo, era como pequeña frase,

Vista por todos, vocación de amor,

Parecida flor que a regar llamase.


Y entre los dos, no era soledad el desamor,

Juntos como inicio, donde no había engaños,

Y el futuro, era nuestro aprendiz de clamor.

Abrazados, éramos como cuerda sin daños,

Con la fuerza de una batalla por la tierra,

Contra el qué dirán de criterios uraños.


El era como abogado que destierra

Descontento, cuando lo difícil es grande,

Y me sentiría pequeña perdida en sierra.


Eramos como frutas de semilla que agrande

En el sueño seguro, tenido con candor

Para que sospecha no sea temor que ablande.


El fuego se me encendió como ardor,

Los días que formaron primeras voces,

Siempre juntas mirando el alrededor.

Y hasta el frío, que perseguía como cozes,

Eran latigazos por burladores,

Problemas que fingían ser atroces.


Vecinos y amigos eran oidores,

De nuestra risa, como gloria y cielo,

Sentimientos que no hacían perdedores.


Y nos tapábamos del mundo, en velo

Blanco, al pensar que siempre al perdonar,

La fidelidad sería pasión y celo.


Y el primer amor, siempre en perdurar

En la redonda mesa del cuarto de estar,

Sentados alrededor para madurar.

Con preguntas que tienen contestar

Honesto, porque es virtud que profesa

Paz a los ojos, no mentir al prestar


Un abrazo fiel, como devota confiesa

El último y penúltimo perdón

Contándole la sentencia que atraviesa.


Y perder orgullo, para que con humilde don,

Antes que nuestra casa sea como guerra,

Y familiarmente el llanto en paredón.


Mis motivos de ilusión eran tierra,

Y el fuego se encendió como bofetada

Al ver que toda mi casa se destierra.

El primer golpe me dio por guantada,

Cuando mi casa siente el desalojo,

Que irrumpió con la mano bien alzada.


Mi corazón empieza herido y con enojo,

Y sin entender porqué el cambio hecho,

Yo con miedo, a ser quemada como abrojo.


Y éramos matrimonio más que de cohecho,

Pues tres hijos su sentido avalaban,

Románticos en el respeto del lecho.


Al principio del dolor, me abrigaban

Agrios llantos que querían secuestro

Cuando las miradas se me clavaban.

Con caricia de espina, por lo que era nuestro,

El chillar, por mal desenamorado,

Hizo rabia, ahogo como lejano ancestro.


No son disculpas los malos tratos del enamorado,

Aquel primer niño que tanto mimabas,

Que era como moneda de oro tratado.


Y por futuro, acciones que abrazabas,

Cuando nuestras sábanas eran palomas,

Ahora me ves, como asco, y que antes deseabas.


La indiferencia y fealdad con la que asomas,

Pasan a ser en tus manos látigos,

Olvidando que el principio fue siembra de aromas.

Y en mis entrañas, que te fueron abrigos,

Cuerdas que me arañaban como esparto,

Tu insolencia, y los insultos testigos,


Al decirme, que por cansado y harto

Pasaba a ser borrón negro en tu vida,

Sabiendo de tus mentiras que no descarto.


Me hiciste llorar, como cáncer más sida,

Deseando dolor, fui regalo ingrato,

Y hoy mi lástima es pena compartida.


Y hay quienes no consienten hablar de maltrato,

Cuando el gemir del alma, es larga noche,

Y no hay reparo en decir, que no es muy mal ato.

Ver a vecinos, con miradas de trasnoche,

Chismes infundados, me acompañaron.

Motivos de ilusión, se hicieron noche.


Y sentí sufrir, porque me acusaron,

Y es serio, que el maltratar sea contratiempo,

Cuando a favor, pocos atestiguaron.


Continuo insulto, apedreada por tiempo,

Golpes de escándalo para mi persona,

Salpicando a familiares a destiempo.


Y me quise hacer fuerte, como hombrona,

Y se me vio débil por la verdad tensar,

Y muy sola, como parto que espera a comadrona.

Siendo delito el mirarte y pensar,

Tú que esposo fuiste en pasados años,

Eres, puñal traicionero a prensar


Momentos, que son bostezos y daños

Desafortunados, dolores dentados,

Que tapan la vida, como negros paños.


Y canallescas eran tus subidas de tono a dos,

Y oportunidades se consumieron,

Y calumnias que chocaban en tabiques pintados,


Me obligaron a ceder más, los que pidieron

Compasión con mínimo de lástima,

Ante tus soberbias que me perdieron.

Nunca pensé que odio se hiciera lima,

Penetrando su polvo en mi garganta,

Con miedo que hiere como esgrima.


A campo virgen, con madre que amamanta,

Huiría a olvidar, para que se rompiera el pacto,

Que un día sellé, como tierra que se planta,


Y vestí bordado y seda,, con vestido de impacto,

Y ahora el oro de las alhajas se ha apagado,

Y hasta su valor has demandado el acto.


Y lo peor, que a mis hijos has avergonzado,

Con tu alcohol mentiroso y destructivo,

Por tu veneno que en bar nos ha ahogado.

Recuerdo tu enamoramiento atractivo,

Y ante todo, el desdeñar que me acosa

Mi deseo, que es antojo vengativo.


En mi vida comienza mucha prosa,

Y me dejaste por no sé qué error,

Cuando oficio es dar pena desastrosa.


Mi rebelar es continuo en terror,

Como barca pequeña en tempestad,

Como hormiga ante pisada de horror.


Apellido de maltratada es enemistad,

Con hombres que por fuertes creen sus fábulas,

Aficionados a la falsa amistad.

Es inaudito que a ley se pague como burlas,

Y hasta la suerte se financie con dinero,

Sabiendo que la víctima es, la que siempre anulas.


A mis espaldas llevo una carga a retortero,

Con la fiereza de mi maltratador,

Quien un día era mi amigo y mi portero.


Y en mi mayor hazaña parir en dolor,

Cuando padre con fama de honrado por tapada,

Diciendo que me amaba como triunfador.


He cruzado la línea de mujer desesperada,

En un laberinto que alarga el final,

Siendo la última, como postergada..

Soy mujer confusa de divorcio tradicional,

De mentalidad cautiva a la tradición,

Creada para ser luna ante el sol terminal.


Y hablo del engaño de su mala acción,

Cuando por años lo he fundamentado,

Y no permitiendo que lo ajeno fuera coacción,


Cuando yo ciega por compromiso otorgado

En altar mármol y fe, creí amar,

Y con juvenil ignorancia por anillo dado.


Yen ser dos, por siempre quise afirmar

Mis ausencias y caprichos, por quien hoy me mata,

Compañía ingrata por desestimar.

Y sueño con remedio ante el lazo que me ata,

Y confieso a Dios, eterno desespero,

Para en conciencia descansar, y me arrebata


El qué dirán, que me restriegan con esmero,

Muchas veces, y no entiendo porqué provoco

Murmuración, y no es delito lo que espero.


Armado va, con falsa verdad, como loco,

Ignorando los agravios, quien estuvo conmigo,

Mi exmarido por decir algo y poco.


Y sin arrogancia de mi maltrato soy testigo,

Soy primera causa de mi maltratar,

La ruina de mi existencia que afirmo y digo.

Pensaba era maravilloso el mundo,

Cuando en temor, siempre quería estar despierta

Pues en corazón casi herido inundo


Mi plenitud que me ha puesto en alerta,

La palabra de ese nadie que me ha encontrado,

Sabia postura que agradezco y me injerta


Con latidos del sollozo pasado

El que me amamantó con claridades,

Y cortó las violencias de mi antes amado.


Y cuando no me amen ni mis amistades,

Y me sean muros los extraños que no me conocen,

Abriré mis tímpanos a mis nuevas soledades.

Necesito que me enseñen a que no me destrocen,

Y a que el claroscuro me sirva de alegría,

Y que no me griten más, ni me esbocen.


Soy heroína de causalidad, sonreía

Como ansiosa niña que juega con su muñeca,

Y cree ser perfecta mamá ese día.


Y en la espera de tener conciencia que no peca,

Conocer esfuerzo honrado ha sido la crianza,

De manera maternal criar, como Rebeca.


Y como novela de la antigua usanza,

El idilio que viví, ya me es memoria,

Arboleda que seca ahogó como matanza.

Cada día quiero subir a la cumbre, como noria

Que no engañe y por dar vueltas no maree,

Y me dé esperanza de no ser la escoria,


La víctima indeseada a la que siempre se le arree

Como a burra, porque hombre ha cambiado a ser dragón

Mordiendo, y enfrascado en que siempre perdure.


Soy de corazón triste, hecha apagón,

Tapada como con cortina ensombrecida,

Educada a callar, como escrito pregón,


De que el pegar y hasta el ser homicida,

Si se es hombre, macho se es por derecho

Consiguiendo acción perdonada y omitida.


Con dificultad me sostengo por el hecho

De comenzar a emblandecer en amor,

Porque el miedo es como trofeo pertrecho


Que no es por mérito, es desamor

Clavado, como punta de espadachín,

Como rayo que asusta con ruido y clamor.


Ay, si sentir sintiera perdonar al ruin,

Quien con pisadas golpes no me diera,

Pues perder de vista quisiera a semejante Caín,


Que como bostezo de boca fluyera,

Y en desprecio no le deseo la muerte, pues soy humana,

Y en vergüenza pido, otro hombre no me perdiera.

Si mi madre viera, a la hija de sus entrañas no lozana,

Si mi padre oyera, a la niña de sus ojos sufrir,

Los dos morirían, al ver desgana.


Denunciar, ha sido trabajo de ir y venir,

Cuando mi pena sin lectura de amor,

No ha tenido piedad con mi porvenir.


Y mi beneficio helado por el pavor,

Ha enderezado mi genio en sobriedad,

Haciéndome el carácter sin candor


Que huyó como pared de la humedad,

Quieta en una esquina por deprimida,

Sintiendo no tener memoria ni edad.

Durante nueve meses fui distinguida,

Afortunada porque mi vientre era terreno vivo,

Amanecer cantado por belleza sobrecogida.


Y cuando pienso el lamento que sobrevivo,

Y que mi pecho floreció como deseo mortal,

Temerosa me siento, y el lloro esquivo.


Y cuando amamantaba jornada a jornada en mi portal,

Que era cancela y puerta de lo querido,

Buscando lo único que es cordial,


Darlo todo, por la bondad de haber parido,

Favor que es el más grande regalo divino,

Agarrado a mi cuello por trato permitido.



©ANTONIO MARTINEZ DE UBEDA LINDEN.


ENSAYO LIRICO EN VERSO CON SOPORTE DE LA UNESCO.


 
 


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